martes, 28 de febrero de 2012

Es Triste


Hay días en que pienso que las personas son insensibles ante los problemas de los demás. Estos problemas pueden llegar a ser nuestros propios problemas si no le ponemos remedio y los cortamos de raíz, antes de que salga el tallo, antes de que eche raíces y pase a ser un problema de unos pocos a un “… ¿y qué podemos hacer?,  es que la cosa está así y no se puede hacer nada, es lo que nos ha tocado….”.
Antes de que todo eso ocurra es cuando debemos de actuar.
Mientras estamos sentados frente a la caja tonta, es triste ver como poco a poco nos están metiendo con calzador las directrices que marcan los Mercados, las exigencias de los más poderosos, la perdida de nuestros derechos los cuales han costado años de lucha, muerte y tortura de personas que en su día se levantaron y gritaron basta.
La ley del dinero.
Pero más triste es observar la impasibilidad de la gente, el girar la cabeza ante los problemas que de momento y directamente no nos afectan.
Esos problemas están en la puerta de nuestra casa, a lo mejor no llaman, ni se acoplan en nuestro sofá, pero pasan por nuestra puerta. Llamando a otras casas, ocupando las vidas de otras personas.
Es triste ver lo insensibles que nos volvemos cuando el afectado es otro, y aunque sabemos que esta vez ha pasado rozándonos no nos ha tocado, y respiramos aliviados.
O quizás el problema esté en mí, en que me preocupo demasiado, en que lo veo todo gris y no quiero ver el azul que otros ven.

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