jueves, 7 de febrero de 2013

Rescatado de entre mis papeles....

El día de mi cumpleaños..... ese día tan importante para todo el mundo, así debería de ser creo yo, pues que mejor día para celebrar la venida al mundo de uno mismo, o de un ser querido. Ni fiestas patronales, fiestas comerciales, ni nada por el estilo. El cumpleaños de cada uno debería de ser fiesta nacional, o al menos día de libranza para el protagonista de tan magno día.

Han pasado casi 4 meses de dicho día, pero entre los últimos acontecimientos, y la vorágine diaria, no había terminado de publicar el borrador de este magnífico regalo. Ahí va cariño mi agradecimiento. Me haces la persona más feliz del mundo con cada día que pasas a mi lado.

"Mi chica, a la cual no tengo palabras de agradecimiento, se ha currado este peazo de regalo, que ha conseguido hacerme llorar cual niño pequeño. Le ha llevado muchas horas de corrección, lectura y comprensión. H llevado a una imprenta el borrador para que lo encuadernaran y me ha regalado 10 copias de un relato que escribí hace muchos años.
Nadie sabe, lo que esto significa para una persona como yo, que adquirió el hábito de escribir en hojas sueltas, libretas, carpetas de instituto...... sin ninguna pretensión nada más que la de dar rienda suelta a mis pensamientos locos.
Gracias pequeña, gracias por hacerme sentir por un instante como un escritor que acaba de recibir el primer ejemplar de su novela impresa.
Te prometo que no será lo último que leerás" .

lunes, 4 de febrero de 2013

Ni vencedores ni vencidos.

Recién terminado el libro: "Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie". Del autor Juan Eslava Galán. Uno se afianza en el pensamiento que no existen vencedores ni vencidos. Lo que quedan son opresores y oprimidos. Asesinos y víctimas, poderosos y sometidos, ejecutores y ejecutados, ricos y pobres. Ambas situaciones se dieron durante la guerra en ambos bandos y también durante los 30 años posteriores. Porque no valió con matar y humillar, con vencer y ganar. La carnicería no fue suficiente, se tuvo que dejar bien claro quien era el que mandaba y quien era el que tenía que obedecer. Así de triste es, y aún así se intenta olvidar, tapar, encubrir. Sin darse cuenta que si un pueblo olvida su pasado, tiene el peligro de volver a cometer los mismos errores.
No me consuela el hecho de que algunos verdugos recibieron su justo pago a sus acciones, porque nada justifica el odio manifestado. Odio entre amigos de la infancia, quienes jugaban de pequeños a perseguirse sin saber o intuir que eso se convertiría en una realidad. Terminarían persiguiendose unos a otros, denunciàndose, acusándose,.. Quien sabe porque, quizás por miedo, por cobardía o simple supervivencia. Pero lo único claro es que ocurrió, más veces de las que pensamos, más veces de las que tenían que haber ocurrido que tenían que haber sido cero.
No es remover el pasado, es afianzar a las generaciones venideras que no se tiene que volver a repetir, es no olvidar un triste episodio del pasado reciente que parece querer escaparse entre los riachuelos del olvido.