martes, 17 de septiembre de 2013

Toros, toreros, y demás animaladas

Me asquea pensar que hoy han lanceado a un pobre animal para diversión del populacho. Siento un nudo en el estomago al ver las imágenes de la persecución, maltrato y asedio que se le ha dado al Toro de la Vega. Es así de simple, veo a hordas de descerebrados jalear, perseguir con lanzas y matar al pobre toro. Y si, me alegra sobremanera ver que al menos hay mas de 10 heridos. Pocos me parecen, pero es triste que ni con esas nadie haya salido escarmentado.
No me alegra la muerte de un ser humano, pienso que nadie tiene ni la potestad ni el poder para arrebatar la vida a nadie, ni siquiera ese Dios en el que muchos creen.
Hoy un compañero me ha confesado que ha perdido mucho la fe en ese Dios. Ha visto a su hijo sufrir siendo un recién nacido. Sin tener la culpa de nada, sin haber hecho aún ninguna maldad, ya ha sabido que es el sufrimiento, suyo y de sus padres. Esa persona me ha reconocido que esta cabreado con ese ser supremo. No entiende que el, que tanto cree en el y le venera le ha puesto en ese dilema. Unos dirán que los caminos de su señor son inescrutables. Mire usted, piense lo que quiera, pero si un dios es capaz de hacer esas cosas, no se merece estar en los altares, y mucho menos ser venerado.
Pienso que en realidad no es su culpa porque no existe, y como no existe no puede ser responsable de ninguna acción. Pero eso es otro cantar.
Ese mismo dios permite que año tras año se lancee y maltrate a un animal de su rebaño. Pues le digo que se vaya al infierno si este existiera también.
El populacho pide fiesta, quizás para no pensar ni darse cuenta en la mierda que estamos metidos. En la crisis, pobreza y perdida de respeto y valores.
No me vale el decir que sino el animal, es decir, el toro no existiría si no existieran las corridas. Pues que quieres que te diga. No hace falta decir que el animal existe antes de que existiera esa ridícula mal llamada fiesta. Los animales están condenados a servirnos, porque creemos que son seres inferiores. Pero a veces, o yo diría que siempre, son superiores a nosotros.