jueves, 10 de mayo de 2012

Para los que defienden los recortes.

Sin obviar el sentido del humor tan tonto que los conservadores demuestran últimamente con términos como Perroflauta, Socialistos,.. etc... salido del más ingenio estúpido de los Intereconómicos (mira yo también tengo humor) para referirse a las personas que son diferentes a sus pensamientos políticos (es que me parto con vuestras ocurrencias como se nota que fuisteis todos a colegios de pago).

Lo que está claro es que hay una cosa segura en esta vida, la educación y la sanidad deberían de ser gratuita y universal para todo el mundo. Si recortas en estos 2 derechos tan elementales, por una lado, consigues que la sociedad sea más tonta (ya que no ha podido optar a una educación si no te la has podido pagar) y más enferma porque no podrá acceder a la sanidad.
Ahora bien, es un buen truco de los que defienden los recortes. Por un lado tenemos tontos a los cuales podamos manejar y decirles que tienen y deben de hacer sin pensamiento ni decisión propia. Y por otro lado tenemos a gente enferma, débil, y ya se sabe, que los que son débiles de salud, pues mejor que estén muertos. Claro, quien no pueda pagarse una sanidad privada, pues será un rojera, o un pobretón, o un desarrapado que algo habrá hecho en la vida para ser de clase media o baja.

También me da que pensar sobre si estos lumbreras graciosillos han nacido en familias ricas, donde lo han tenido todo, educación privada y de calidad, sanidad privada y de calidad, o a lo mejor es que en verdad pertenecen a una clase baja o media que no han tenido nada de eso en su vida y odian que otros si que accedan o puedan acceder. Ya se sabe, la envidia es cochina y muy mala.

Señores, ojalá que no necesitéis ir al médico por una enfermedad y os veáis obligados a padecerla o morir porque no tengáis dinero para pagarlo.
Un ejemplo muy claro. El año pasado estuve de viaje por Nepal. Conocí a un chico de 23 años que había perdido a su madre hacia 3 años debido a una insuficiencia renal, la operación para salvarla la vida valía 2000 euros que no pudieron pagar porque no tenían dinero.

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