¿De verdad pensamos que somos libres para poder ejercer nuestro derecho a huelga?.
No paran de salir conversaciones de si los piquetes informativos actuaran de una manera dura e ilegal a la hora de coaccionar a los trabajadores que "libremente" decidirán ejercer su derecho (o suerte) a trabajar.
Si una persona boicotea a otra su derecho a poder acceder a su puesto de trabajo, deberá de ajustar cuentas con la justicia. Pero también debería de poder ser a la inversa, si una empresa, o personas boicotea el derecho de huelga a un trabajador, deberá de ajustar cuentas con la justicia. El problema viene del lado de quien no tiene la sartén por el mango en esta situación. Es como la comparativa que me hizo un día un profesor del instituto, donde me mostró el siguiente ejemplo. Yo soy una piedra, y tu eres un huevo. Tu crees tener la razón, y chocarás contra mí para poder defender esa razón, pero al final quien terminará perdiendo serás tú porque una piedra siempre será mas dura que la cascara de un huevo.
Y señores, efectivamente por desgracia es así. Llevo muchos años observando como la piedra se impone frente al huevo, y donde el huevo no puede salir de la nevera porque corre el peligro de caerse y cascarse.
En resumen, conozco demasiados casos donde el trabajador no puede ejercer su derecho a huelga por miedo a ser despedido. O donde ya está siendo despedido por querer mejorar su situación en la empresa, ya sea a través de un comité de empresa o desde cualquier otra opción que de momento son legales.
Aunque viendo como van encaminándose las cosas, dentro de un tiempo será ilegal, como será ilegal el manifestarse, el quejarse o el querer tener un sueldo digno por el trabajo que realicemos.
Por suerte o desgracia necesitamos trabajar para poder vivir, pero no queremos vivir para trabajar. El trabajo no es un bien de lujo, sino de primera necesidad, como lo es el comer, o el beber, pero eso debería de cambiar, ya que debería de ser solamente una herramienta para poder vivir con dignidad.
La suerte está echada. Ahora depende de todos que la suerte nos sonría o nos de la espalda.
No paran de salir conversaciones de si los piquetes informativos actuaran de una manera dura e ilegal a la hora de coaccionar a los trabajadores que "libremente" decidirán ejercer su derecho (o suerte) a trabajar.
Si una persona boicotea a otra su derecho a poder acceder a su puesto de trabajo, deberá de ajustar cuentas con la justicia. Pero también debería de poder ser a la inversa, si una empresa, o personas boicotea el derecho de huelga a un trabajador, deberá de ajustar cuentas con la justicia. El problema viene del lado de quien no tiene la sartén por el mango en esta situación. Es como la comparativa que me hizo un día un profesor del instituto, donde me mostró el siguiente ejemplo. Yo soy una piedra, y tu eres un huevo. Tu crees tener la razón, y chocarás contra mí para poder defender esa razón, pero al final quien terminará perdiendo serás tú porque una piedra siempre será mas dura que la cascara de un huevo.
Y señores, efectivamente por desgracia es así. Llevo muchos años observando como la piedra se impone frente al huevo, y donde el huevo no puede salir de la nevera porque corre el peligro de caerse y cascarse.
En resumen, conozco demasiados casos donde el trabajador no puede ejercer su derecho a huelga por miedo a ser despedido. O donde ya está siendo despedido por querer mejorar su situación en la empresa, ya sea a través de un comité de empresa o desde cualquier otra opción que de momento son legales.
Aunque viendo como van encaminándose las cosas, dentro de un tiempo será ilegal, como será ilegal el manifestarse, el quejarse o el querer tener un sueldo digno por el trabajo que realicemos.
Por suerte o desgracia necesitamos trabajar para poder vivir, pero no queremos vivir para trabajar. El trabajo no es un bien de lujo, sino de primera necesidad, como lo es el comer, o el beber, pero eso debería de cambiar, ya que debería de ser solamente una herramienta para poder vivir con dignidad.
La suerte está echada. Ahora depende de todos que la suerte nos sonría o nos de la espalda.
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