Un cónclave de 115 cardenales esta reunido desde hace un tiempo eligiendo al que será el representante de su dios en la tierra. El ojo que todo lo ve necesita a alguien para que vigile a su rebaño. Es como el programa del gran hermano que tanto años lleva cosechando éxito en la tele y que tiene enganchado a tantas ilustres mentes pensantes frente al televisor. Tenemos unos candidatos, confesionarios, comida y bebida gratis (y quizás cosas más excitantes). La única diferencia es que la elección no se realiza por internet ni por SMS, si no con bolígrafo de oro y papel. Qué nervios, ¿será rubio o castaño?. Las últimas tendencias siempre han tirado por las canas. ¿Llevara tatuajes, estará fornido?. ¿Cómo le quedara la sotana?. Eso no lo sabrán sus seguidores hasta que el prelado no haya acabado con todas las existencias de mistela.
Pero lo más importante, su llegada ¿acabara con el hambre en el mundo, la crisis, el paro, violaciones de mujeres, violaciones de niños dentro y fuera de sus dominios, guerras, injusticias, cambio climático, etc...?. ¿Erradicara la pobreza de una vez por todas?. ¿Vivirá con dicen que vivió y promulgo su representante en la tierra que a su vez era y es el mismo padre, hijo y espíritu?.
Me temo que nada de eso se hará realidad.
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