lunes, 4 de febrero de 2013

Ni vencedores ni vencidos.

Recién terminado el libro: "Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie". Del autor Juan Eslava Galán. Uno se afianza en el pensamiento que no existen vencedores ni vencidos. Lo que quedan son opresores y oprimidos. Asesinos y víctimas, poderosos y sometidos, ejecutores y ejecutados, ricos y pobres. Ambas situaciones se dieron durante la guerra en ambos bandos y también durante los 30 años posteriores. Porque no valió con matar y humillar, con vencer y ganar. La carnicería no fue suficiente, se tuvo que dejar bien claro quien era el que mandaba y quien era el que tenía que obedecer. Así de triste es, y aún así se intenta olvidar, tapar, encubrir. Sin darse cuenta que si un pueblo olvida su pasado, tiene el peligro de volver a cometer los mismos errores.
No me consuela el hecho de que algunos verdugos recibieron su justo pago a sus acciones, porque nada justifica el odio manifestado. Odio entre amigos de la infancia, quienes jugaban de pequeños a perseguirse sin saber o intuir que eso se convertiría en una realidad. Terminarían persiguiendose unos a otros, denunciàndose, acusándose,.. Quien sabe porque, quizás por miedo, por cobardía o simple supervivencia. Pero lo único claro es que ocurrió, más veces de las que pensamos, más veces de las que tenían que haber ocurrido que tenían que haber sido cero.
No es remover el pasado, es afianzar a las generaciones venideras que no se tiene que volver a repetir, es no olvidar un triste episodio del pasado reciente que parece querer escaparse entre los riachuelos del olvido.



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