Hibernando
Hibernando cual oso, aletargado, esperando que la primavera llame a la puerta, con sus colores vivos, con su calor asomando. A la naturaleza llamando, de un deseo oculto, más puro que el agua del deshielo, más frío que un témpano frágil. Causado por un ente ajeno a su propia voluntad, a su propio deseo.
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