Confirmada la dimisión de Carlos Dívar del CGPJ y el Supremo
debido a los escándalos derivados de los gastos a cuenta del erario público por
sus viajes y estancias en hoteles de lujo.
Este personaje que supuestamente
representaba a la justicia ha demostrado que era una persona de todo menos
justa.
Este señor insistía en que él no se había hospedado en hoteles de lujo
sino de 4 estrellas cuyo importe era solamente de 300 euros por noche.
Ese
mismo dinero, 300 euros, que le fueron negados en devolver por el mismo tribunal a doña María Martín
López (la cual fue a testificar en el juicio que se celebraba contra el juez
Garzón por las investigaciones de los crímenes del régimen dictatorial
franquista,) ya que tuvo que trasladarse en taxi desde su pueblo, Pedro Bernardo, al ser requerida por el tribunal para dicha declaración.
Ese mismo dinero
que paga este señor por noche en un hotel, y que probablemente sea la mitad de los ingresos
mensuales, sino más, de esta pobre mujer.
Ahora bien, una vez dimitido, se irá a su casa sin ser
juzgado y lo que es la tónica habitual en este país, sin devolver ni un mísero
euro de los 30.000 euros que en total ha gastado. Tónica que practican todos
los sinvergüenzas, ladrones, mangantes, chorizos, desgraciados y despreciables
personas que “son pillados con las manos en el carrito del helado”.
Y así nos
luce el pelo el resto de los españoles, que no exigimos una justicia real y que
en verdad juzgue y sea equitativa.
Lo que deberíamos de hacer todos los españoles es
declararnos insumisos a la hora de pagar los impuestos, para que en realidad
vieran que estamos hartos de tanto mangante de guante blanco. Si todos nos
negásemos, no podrían multarnos a todos, eso tenlo por seguro, ni podrían tomar
represalias contra los 45 millones aprox de habitantes de España.
Pero claro, eso es una utopía, es un pensamiento efímero,
que nunca va a suceder. Mientras tengamos fútbol en la televisión es más que
suficiente. Que para eso sí que somos todos españoles, y gritamos cuando la selección
española marca un gol eso de “Yo soy español, español, español”.
Señores yo también lo soy, y no necesito que un equipo de
fútbol marque un gol o gane una competición para gritarlo en defensa de lo que es
verdaderamente España. Probablemente esos jugadores ganarán durante esta Eurocopa
más dinero del que podamos ganar nosotros en 2 vidas enteras.
A ver si defendemos lo que somos en verdad, trabajadores,
luchadores, eso es la España que tenemos que defender. Dejar de ser personas
pisoteadas por los gobernantes elegidos por nosotros mismos, peleles en mano de
los banqueros, de los mercados.
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